Las decisiones: a veces no elegimos, solo repetimos

Tomar decisiones parece fácil… hasta que toca hacerlo. Y ahí se mezclan muchas cosas: lo aprendido, el miedo, la culpa, las opiniones externas, y a veces, tantas alternativas que en vez de ayudar, confunden.

Muchas veces creemos que estamos decidiendo con libertad, pero en realidad estamos respondiendo a lo que otros esperan, a lo que “debería ser”, o a lo que nos enseñaron como correcto, aunque ya no nos haga sentido.

El miedo puede disfrazarse de prudencia. La culpa aparece cuando pensamos en priorizarnos. Y la presión de tantas voces distintas nos aleja de lo que realmente sentimos. ¿Y si me equivoco? ¿Y si los demás no lo entienden? ¿Y si quedo mal?

La psicología nos muestra que nuestras decisiones no son solo lógicas: están atravesadas por emociones, creencias, y el contexto en el que vivimos. Por eso, más que buscar “la decisión correcta”, es importante revisar desde dónde la estamos tomando.

En terapia, este proceso es una puerta para dejar de repetir y empezar a elegir con conciencia, incluso cuando no todo esté claro.

Entonces, ¿cómo empezar a decidir distinto?

🔹 Escuchando de dónde viene la urgencia.

🔹 Nombrando lo que da miedo.

🔹 Cuestionando lo que nos enseñaron como “lo correcto”.

🔹 Abriéndonos a la posibilidad de cambiar de opinión.

¿Qué pasaría si empezaras a decidir desde lo que hoy sí te representa?

Nos vemos en sesión.